Déjame contarte un secreto.

Hace años creía que mi sueño era trabajar en la NASA. Pero con 18 me vi dejando la ingeniería para perseguir el sueño real (el oculto) de escribir.

Después de eso vino un grado en comunicación audiovisual, un máster en guion de cine y televisión, y el título del conservatorio superior de música.

Pero siempre sin dejar de escribir, de buscar lo que quería decir, y la forma de decirlo. Así que escribí relatos cortos. Escribí guiones. Escribí emails buscando sitios donde poder escribir guiones. Escribí en mi diario lo molesta que estaba porque no respondieran a los emails que escribía buscando escribir guiones. E incluso escribí un libro y lo autopubliqué, cansada de tener que esperar a que alguien me escribiera para permitirme escribir.
 
Y entonces hice un máster de copywriting.
Y las posibilidades se multiplicaron.
Cada palabra podía ser una historia en sí misma,
                                        una manera de conectar,
                                                             de crear un vínculo 
                                                                            más allá del tiempo y del espacio.
 
Ahora, al mirar atrás, me doy cuenta de que en realidad no quería trabajar en la NASA, sino replicar la sensación que me hizo querer trabajar en ella. Esa conexión emocional que nos hace encontrar nuestro sitio, dentro del mundo en el que decidimos vivir. 
 
Gracias por leerme.

Copywriting